Ya todos callan.
No deja escapar el viento un tronar de rama.
Cuajan salivas que entre lenguas se deshacen.
No deja escapar el viento un volar de hoja.
Y de a poco me despierto,
entre brazos abiertos.
Y de a poco me levanto,
entre camas sin hacer.
Camas sin hacer que he dejado,
con el tiempo arrugarse.
Impuntual olvido, el que queda de nosotros.
Y ya no deja escapar el viento el rumor de un rayo.
Ya todos callan.
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