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domingo, 16 de agosto de 2009

Disonancia

Solía estar pendiente de la hora
mientras bailaba con una gracia sin igual
haciendo florecer lo incoloro en un vaivén.

Cuando se detenía, todos podían entibiar sus ojos
con lo suave de sus minutos y lo delicado de sus segundos.

Suspiraban al segundero mientras este reanudaba su obstinada marcha en
persecución de lo perpetuo, recogiendo y acarreando horas, minutos.

Esclavos de aquella figura todos nos movemos a su compás
esperando a que se detenga, ansiando que nos quiera mirar.

Solía estar pendiente de la hora
ahora se que para mi ella no esta, mi reloj no corre junto a ella
envidio a los que aun la pueden ver bailar.

Son segundos, minutos y horas que no cuentan
Ya el tiempo para mi es insustancial .

Pendo del día y la noche
para saber donde estoy.
Para saber que ella no esta.

1 comentario:

brocs dijo...

una bestia de poema weon...